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Protege tu marca: propiedad intelectual en República Dominicana

Construir una marca que sea reconocida por lo que ofrece requiere tiempo, inversión y estrategia. Sin embargo, incluso las marcas mejor posicionadas pueden ser vulneradas por suplantación o uso indebido. Por eso, contar con un registro legal que salvaguarde tu propiedad intelectual es esencial para proteger el valor de tu negocio. 

Una de las principales debilidades de los bienes intangibles, como los nombres comerciales y las marcas, es el riesgo de que otra empresa utilice elementos similares o copie la identidad de un negocio. Esto no solo afecta la propiedad intelectual, sino que también impacta la competencia en el mercado, las ventas y la reputación de la empresa. 

La República Dominicana cuenta con un régimen de propiedad intelectual sólido, regulado por la Ley No. 20-00 sobre Propiedad Industrial y la Ley No. 65-00 sobre Derecho de Autor. Además, el país es signatario de tratados internacionales como el Convenio de París, el Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT), el Acuerdo sobre los ADPIC (TRIPS), el Tratado sobre el Derecho de Marcas (TLT) y el Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas. 

La gestión de estos derechos recae en dos instituciones: 

  • La Oficina Nacional de la Propiedad Industrial (ONAPI), encargada de los derechos de propiedad industrial (marcas, nombres comerciales, patentes, diseños industriales y modelos de utilidad). 
  • La Oficina Nacional de Derecho de Autor (ONDA), responsable de la protección del derecho de autor y los derechos conexos. 

En conjunto, conforman el sistema dominicano de propiedad intelectual, que garantiza un marco legal para la protección de marcas, nombres comerciales, patentes, diseños y modelos, así como obras creativas. 

Este artículo da continuidad a una entrega anterior, “Propiedad Intelectual en la República Dominicana: Guía legal para la protección de Marcas, Patentes y Derechos de Autor”. Mientras que esa guía legal ofrece una visión integral del sistema de propiedad intelectual en el país, en esta ocasión profundizamos en aspectos prácticos sobre la diferencia entre nombres comerciales y marcas, la fortaleza distintiva de los signos y las estrategias para reforzar su protección dentro del mercado dominicano. 

¿Cuál es la diferencia entre nombres comerciales y marcas?

 

Aspecto  Nombres comerciales  

(Cap. V, Arts. 113–123, Ley 20-00) 

Marcas  

(Cap. II, Arts. 71–112, Ley 20-00) 

Qué identifican  A una empresa, establecimiento o actividad económica.  A productos o servicios para distinguirlos de los de otros competidores. 
Naturaleza del derecho  Declarativa: el derecho de uso exclusivo nace con el primer uso en el comercio, sin necesidad de registro.  Constitutiva: la protección solo se obtiene con el registro formal. 
Registro  No es requisito para adquirir el derecho, pero sirve como prueba (titularidad y fecha de inicio de uso) ante conflictos.  Obligatorio para tener protección y poder hacerla valer frente a terceros. 
Efecto del registro  Probatorio (facilita acreditar titularidad y antigüedad del uso).  Constitutivo (crea el derecho exclusivo sobre la marca). 
Criterios de examen  Sencillo: se verifica que no exista nombre idéntico o similar en la misma o en actividad relacionada.  Más riguroso: análisis de similitudes dentro de la misma clase y clases relacionadas (riesgo de confusión/ asociación). 
Ámbito de protección  Vinculado a la identidad comercial (nombre del negocio/actividad).  Vinculado al signo que distingue bienes y/o servicios en el mercado. 
Finalidad práctica  Proteger la denominación comercial bajo la cual opera la empresa.  Proteger la distintividad de productos/servicios frente a la competencia. 
Riesgo de no registrar  Mayor carga probatoria en caso de disputa (deberá probar uso y prioridad).  Imposibilidad de exigir derechos exclusivos y riesgo de apropiación por terceros. 

 

En palabras simples, el nombre comercial protege la identidad del negocio (“este es mi establecimiento y no quiero que otro use su mismo nombre”), mientras que la marca protege lo que vendes o el servicio que ofreces. 

Por ello, lo ideal es registrar ambos: el nombre comercial de tu empresa y la marca de tus productos o servicios. Así obtienes una protección integral, defendiendo tanto la identidad de tu negocio como la exclusividad de lo que ofreces. 

 

¿Qué pasa si dos negocios usan denominaciones parecidas? 

Dos registros con denominaciones similares pueden coexistir en el mercado siempre que no exista riesgo de confusión para el consumidor, es decir, si no se refieren a los mismos productos, servicios o actividades comerciales, o que se consideren relacionados. 

Sin embargo, más allá de la coincidencia entre nombres o marcas, no todos los signos distintivos tienen la misma fuerza distintiva o nivel de protección. Algunos, por su naturaleza descriptiva o genérica, ofrecen menor capacidad para diferenciarse en el mercado. 

¿Qué ocurre cuando un signo es “débil”? 

Un signo débil es aquel compuesto por palabras o expresiones genéricas o descriptivas que se limitan a designar los productos o servicios que pretenden distinguir, por sí solas, (Por ejemplo: “Frutas Melón” para manzanas, mangos y melones). Para reforzarlo, se recomienda añadir elementos distintivos como logos, colores o combinaciones de palabras. 

Aquí entra en juego la apariencia visual de tu marca, su empaque, tipografía, colores y estilo gráfico. Este conjunto de elementos puede registrarse para proteger no solo el nombre o la denominación, sino también su presentación visual ante el público. 

De esta forma, aunque otra empresa no use exactamente el mismo nombre o denominación, no podrá imitar tu estilo visual sin exponerse a sanciones o reclamaciones legales. 

En conclusión, la protección de tu propiedad intelectual no depende solo de un registro, sino de la experiencia completa que construyes alrededor de tu marca. Registrar el nombre comercial, la marca y, cuando aplique, el vestido comercial, es invertir en la permanencia y reputación de tu negocio. 

En un entorno cada vez más competitivo, proteger tu identidad es proteger tu crecimiento.Registrar tu marca no es solo un requisito legal, sino una inversión en el valor y la reputación de tu empresa.  

 

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